martes, 14 de diciembre de 2010

La vecina de al lado

La vecina de al lado se llama Mercedes, pero quiere que la llamen Memé. Nunca he entendido porqué razón la gente prefiere andar por ahí paseando nombres absurdos. La tia Lou se llama Leonor, y ya veis...

El caso es que la tal Meme es de esas vecinas que se pasa la vida intentando enterarse de qué va la de los demás. Debe de tener muy poco que hacer. Le cuenta a todo el mundo que se divorció de un ricacho y está forrada. Tiene una casa que te mueres, con piscina y pista de paddle, un deportivo color rojo y dos abrigos de pieles.

Lo siento, pero a mi la gente que lleva pieles me da mal rollo. Hay que matar a muchos bichos para hacer un simple chaquetón, así que a saber cuantos pobres animales muertos lleva Memé en su abrigo largo hasta los pies.

Memé no trabaja -¿para qué, si su marido le ha dejado una pedazo de pensión? - y el tiempo que no está dándose masajes, poniéndose bótox o en la peluquería lo dedica a pasear a sus dos perros - tan estirados y tan cursis como ella - y a dar consejos a quien no se los pide.

Ayer, Memé se presentó en nuestra casa. Llevaba un gorro horrible como de castor, un abrigo nuevo hecho de animalitos y  una bandeja de pasteles. Mamá flipó:  hasta el momento apenas había cambiado con  Memé dos o tres frases, y solo por pura educación. Así que ni ella ni yo entendíamos a qué venía tanta amabilidad vecinal de la noche a la mañana.

Pero claro, hubo que invitarla a pasar. A mí, que estaba en el salón, me dio un abrazo de esos que parece que van a ahogarte, en plan como superemocionado. A mi madre le apretaba el brazo. Yo me di el piro, por supuesto. Si ya no me gusta mucho la gente mayor, imaginad lo que puede apetecerme pasar el rato con una tía chismosa que se mete hasta en los charcos. Ni siquiera quise coger un pastelito. A saber si tenían veneno o algo así. Una persona capaz de matar animales indefensos para hacerse un abrigo es capaz de cualquier cosa.

Me fui del salón, pero me quedé escuchando lo que Memé decía. Y no sé si preferiría no haberlo hecho.

Lo que oí desde la cocina prefiero contároslo mañana.

1 comentario:

  1. La gente que lleva pieles y es muy cotilla me da más que mal rollo... Vaya tía que encima de estar ahí tengas que aguantar petardas. ¿Y qué dijo?

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