jueves, 16 de diciembre de 2010

La vecina: segunda parte

Bueno, os estaba contando lo de Memé.Ya os dije que me fui a la cocina mientras mamá y ella se tomaban los pasteles que había traído. Me imagino que mi madre estaría estrujándose el cerebro para decirle algo, porque apenas la conoce. Pero no hacía falta tanto esfuerzo porque, de todas formas, Memé venía con la intención de ser ella quien hablara.

"- Hace tiempo que debería haber venido por aquí... cuando me enteré de que tu marido te había dejado por otra... bueno, me quedé de piedra. No es que sea nada raro, por supuesto. Ocurre a menudo. Fíjate en mí. Claro que lo tuyo es peor, porque te ha dejado con una cría".

(Me hubiese gustado tener rayos x en los ojos para ver la cara que estaba poniendo mi madre)

"- A mí, por lo menos, Alonso sólo me dejó a Cuqui y a Lina"

(Supongo que Cuqui y Lina son sus dos perros repelentes. Mira que me gustan a mí los animales, pero cada vez que veo a esos dos chuchos me entran ganas de pelarlos al cero, para comprobar cómo se quedan en nada.)

"- El caso es que quería venir para ofrecerte mi apoyo, pero pensé que no era el momento. Tú no me conoces mucho, pero soy una persona suppppperrrrrr prudente".

(Si, no hay más que verte. Eres la prudencia y la discreción personificadas)

- Pero claro, ahora he sabido lo de la niña, y creí que debía venir. Lo siento muchísimo.

- Bueno, ha sido un susto muy grande, pero Valeria ya está muy recuperada, y el médico dice que la pierna le va a quedar perfecta

- ¡Dora! No estoy hablando de su pierna

(Otra vez mamá poniendo, seguro, cara de flipada)

- ¿Ah, no?

- Hablo de... de su estado mental.

(Mi estado mental. Así que esa imbécil había venido con sus pastelitos a hablar de mi estado mental...)

- No sé a qué te refieres...
- Dora... no tienes porqué fingir conmigo. Puedes confiar en mí. Todo el mundo en la urba sabe lo que le pasó a tu hija. Intentó suicidarse, querida... y eso no es algo muy tranquilizador.

(Hubo un silencio. Supongo que Memé debía estar comiéndose uno de sus dulces)

- Mira, Dora, el perfil del suicida es complicado. El marido de una amiga es psiquiatra y me lo explicó muy clarito. Lo intentan una y otra vez hasta que lo consiguen. Esta vez tu hija ha fallado. Pero quién sabe lo que puede ocurrir en otra ocasión. Imagina, no sé, que le da por abrir el gas.

- No tenemos gas...

- Pues otra cosa. Dora, ya sé que es difícil, pero es mejor tomar el toro por los cuernos. Deberías plantearte el internar a la niña.

(¡¡¡¿Cómo?!!!)

- Me he permitido hacer unas averiguaciones. Hay un centro para adolescentes difíciles en la sierra. Tengo contactos allí, puedo conseguirte una cita. Y si no puedes pagarlo, yo...

- ¡Se acabó!

(¡¡Ostras!! Mamá gritando... mamá cabreada...esta sí que va a ser buena...)

- Pero ¿tú quien piensas que eres? ¿Crees que puedes venir a mi casa con unos pasteles a decirme que mi hija está loca? ¿A meterte en nuestra vida? Escúchame bien, Memé.. no te conozco de nada. Y no te conozco porque eres una de esas personas que no me interesa lo más mínimo. No hay nada en ti que merezca la pena. Por eso te he ignorado siempre hasta ahora. Pero, ya que has venido a mi casa a darme consejos, te diré lo que pienso de ti: eres una de esas personas que están en el mundo para llenarlo todo de mierda...

(¡¡Mierda!!...¡Mi madre ha dicho mierda!... ¡Mi madre dice tacos!)

- ... así que solo te diré esto una vez... sal de mi casa y no vuelvas a dirigirme la palabra... y como vuelvas a acercarte a mi, como vuelvas a nombrar a mi hija, seré yo quien estrelle el coche contra algún sitio... tal vez contra tus perros asquerosos. De los que, por cierto, se ríe todo el vecindario por lo mucho que se parecen a ti.

En esperé sin éxito a que la tal Memé contestase algo, pero no lo hizo. Lo siguiente que escuché fue el ruido de la puerta. Salí de la cocina y fui al encuentro de mi madre. Estaba de pie, muy pálida

- Menuda capulla...

Fue todo loque le dije. Mamá se acercó a mí y me dio un abrazo. En contra de lo que suelo hacer, no solté un bufido.

- Esto no puede seguir así.

No sé si me gustó o no esa frase.

Tengo la impresión de que mi madre tiene el propósito de cambiar algunas cosas. Y no sé si quiero esos cambios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario