jueves, 18 de noviembre de 2010

Tendencias ¿qué?

El psicólogo del hospital le ha dicho a mi madre que puede estar tranquila, que no advierte en mí tendencias suicidas.

¿Ypara eso ha tenido el tío que tirarse años estudiando? ¿De verdad necesitaba hacerme tantos test para averiguar algo que me parece tan claro?

De todas formas, si la declaración del psicólogo sirve para que mi madre se quede más tranquila, hasta la doy por buena.

Nadie de clase ha venido a verme. La sombra de Silvia es mucho más alargada de lo que yo creía, de forma que sigo condenada al aislamiento total. Quien si vino de visita fue el director del colegio.

Nunca me ha caído bien. Es una de esas personas que pierden el culo por quedar bien con los padres y todo eso, porque al final son ellos los que pagan el pastizal que cuesta mi dichoso colegio pijo. Pero, en el fondo, estoy convencida de que los alumnos no le importamos una mierda.

Sé que no vino a verme a mí. Vino a quedar bien con mis padres. O, mejor dicho, con mi padre, que tiene un negocio que va viento en popa a pesar de la crisis.

El gilipollas del director debe estar convencido de que a lo mejor, si le hace la rosca, mi padre le regala un nuevo equipo de sonido para el salón de actos o algo así. Por eso vino a verme.

Me trajo de regalo un libro de poesías.

Sin comentarios ¿eh? Pero hay que tenerlos muy grandes para trerle un libro de poesía a alguien que se ha pasado más de una semana con un pie en el otro barrio. Además, no sé de donde saca que a mí me gusta la poesía.

El caso es que entró e mi habitación con cara de palo, me apretó la mano con su mano sudada y luego, antes de preguntar siquiera como estaba, quiso saber si mi pade estaba por ahí.

Me dieron ganas de contestarle: "Se acaba de marchar. Jódete".

No lo hice. El dire se quedó allí, apretándome la mano y mirándome como si yo le diese mucha pena. En el fondo, lo que le daba pena era haberse pegado el paseo hasta allí para no ver a papá.

Me dijo que esperaba que me recuperase pronto. Que lo que había hecho era una tontería muy grande, pero que todos los adolescentes hacen cosas de las que luego se arrepienten y que la gente sabe pasar página.

Es decir, que me había perdonado. Que enrollado, el dire.

Luego, para despdirse, aseguró que todos esperaban con ilusión mi regreso al colegio. Fue flipante. Aquel tío, que no sabía nada de mí ni de lo mal que lo estaba pasando, diciéndome algo sin pies ni cabeza.

Y ahí no me pude aguantar: "Le agradezco la visita, pero creo que está mal informado. A nadie en el colegio le importa una mierda si vuelvo o no".

Se quedó blanco como la pared. Y yo, no sé por qué, me sentí un poco mejor.

3 comentarios:

  1. Bien dicho! ¿Cuándo te dan el alta? ¿Y cómo va la pierna? Ánimo!!!

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  2. Bueno Valeria ya sabes como se porta la manada en el Insti cuando no les sigues te ignoran. Pero tú ni caso que en cualquier momento todo se les vuelve en contra ya verás XD!!

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  3. Espero que estes mejor de la pierna! ^_^ Y que a la tia Lou le haya dado un híctus miocardico y a la tal silvia tambien por lo de su moto, por cierto me he leído de una tacada medio blog tuyo, chica

    Besitos! :)

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